Computación cuántica: la nueva tecnología

El final del siglo XX nos enseñó el fin del dominio industrial y la llegada de la tecnología como sector hegemónico de los mercados. Incluyendo la computación, el internet y los teléfonos celulares, la disrupción tecnológica de nuestro tiempo está marcada por el cambio constante y la innovación.

Para muchos, el siguiente paso del desarrollo tecnológico después de la Inteligencia Artificial es la computación cuántica, pero para otros es una tecnología cara que no veremos en décadas.

En esta entrada del blog de Folionet nos detendremos en explicar qué es la computación cuántica y la manera en que se desarrolló por grandes empresas podría verse en los mercados.

Un nuevo paradigma

A diferencia de la computación clásica, que trabaja con bits binarios (0 o 1), la cuántica se basa en qubits, que pueden representar ambos valores simultáneamente. Aunque esto sea sencillo de explicar en una frase, implica que la computación cuántica tiene la capacidad para resolver problemas a velocidades exponencialmente mayores que las computadoras tradicionales.

Si las primeras computadoras tomaban días en completar operaciones y las nuestras toman segundos, se espera que las cuánticas puedan acelerar de forma exponenciales las capacidades de cómputo. Por ejemplo, se habla de que la computación cuántica puede lograr en segundos hacer cálculos que una laptop personal podría tardar mas de cien años.

Aplicaciones de la cuántica

Aunque ya sabemos que la velocidad de cálculo es un dato interesante, nos surge la pregunta ¿qué uso tiene esto en el mundo?

Aunque no sea sencillo responder, de ser desarrollada de forma masiva, la computación cuántica podría servir para mejorar áreas clave de la tecnología, especialmente el procesamiento de datos para Inteligencia Artificial. Adicionalmente, computadoras más rápidas pueden servir para agilizar el uso de las finanzas digitales, las criptomonedas, descubrir cura a enfermedades, logística, pero una visión optimista de la tecnología también ve a la cuántica como la manera de crear disrupción en todo lo que use computadoras en nuestro tiempo.

Empresas que desarrollan cuántica

En la actualidad ya existen empresas enfocadas en el desarrollo de procesadores y computadoras cuánticas. Aunque ninguna de ellas genera ingresos por ello, todas se encuentran invirtiendo activamente para ser los primeros en llegar a la meta de su uso de forma masiva.

Entre todas, destaca Google (GOOG) al ser una de las primeras en comprar tecnología avanzada para investigar y por desarrollar Willow, un procesador avanzado capaz de realizar cálculos a velocidades que antes se creían imposibles.

Al mismo tiempo, Microsoft (MSFT) desarrolla Azure Quantum, una división avanzada para crear procesadores cuánticos, que es un equipo de trabajo en el que ya invirtió mil millones de dólares.

Alternativamente, IBM (IBM) desarrolla servicios en la nube para que se hagan experimentos sin la necesidad de estar cerca de los dispositivos.

¿Una gallina de huevos de oro?

El desarrollo de esta tecnología despertó el interés de todos con la promesa de una disrupción igual o superior a la IA y el internet. Sin embargo, parece que todavía estamos muy lejos del horizonte para que las computadoras cuánticas lo cambien todo.

Aunque es una tecnología prometedora, su alto coste de implementación y la necesidad de tener instalaciones en condiciones extremas dificultan su llegada. Las computadoras de este tipo requieren temperaturas bajo cero, espacios sin ruido y electromagnetismo, por lo que es difícil su construcción acelerada.

La última frontera

La computación cuántica representa una revolución comparable a la llegada de la computación personal o el internet. A pesar de sus desafíos, en la última década vimos a compañías abrazar su desarrollo con el mismo interés que existe por la inteligencia artificial.

De cara al futuro, crece la incertidumbre sobre el tiempo que tomará desarrollar la tecnología y los usos prácticos que se podrán desarrollar. Por el momento, las grandes casas de tecnología mantienen centros de investigación e invierten por acelerar su desarrollo, pero es evidente que queda un largo camino por delante.